Peligros en piscinas y playas para mascotas: cómo prevenir accidentes este verano

El verano invita a disfrutar del aire libre, del sol y del agua, y muchas familias aprovechan la temporada para llevar a sus mascotas a piscinas o playas. Aunque puede ser una experiencia divertida y refrescante, también conlleva ciertos riesgos para los animales de compañía si no se toman las precauciones necesarias.

En este artículo, te explicamos cuáles son los principales peligros que pueden afectar a perros y gatos en estos entornos acuáticos y qué puedes hacer para evitarlos. Porque un momento de diversión no debe convertirse en una emergencia veterinaria.

Ahogamientos: un riesgo real aunque tu mascota sepa nadar

Aunque muchos perros saben nadar de forma instintiva, eso no significa que estén a salvo en todo momento. Algunos animales, especialmente los de razas braquicéfalas (como el Bulldog o el Carlino), tienen una capacidad limitada para flotar y respirar mientras nadan.

Además, los animales mayores, con problemas articulares o enfermedades cardíacas, pueden fatigarse rápidamente y tener dificultades para volver a la orilla o subir por sí solos.

Recomendaciones:

  • Supervisa siempre a tu mascota cuando esté cerca del agua.
  • Usa chalecos salvavidas diseñados para perros, especialmente si vas en barca o el agua tiene corriente.
  • Enséñale salidas seguras: las rampas o escaleras adaptadas son clave para evitar que queden atrapados.
  • Nunca asumas que “se las arreglará solo”, incluso aunque haya nadado otras veces sin problema.

Ingesta de agua: exceso que puede ser peligroso

Al jugar, muchos perros tienden a tragar agua del mar o de la piscina. Esto, en exceso, puede causar problemas graves:

  • Agua del mar: puede provocar diarreas, vómitos o intoxicación por sal (hipernatremia), lo que requiere tratamiento urgente.
  • Agua de piscina: si contiene mucho cloro u otros productos químicos, puede irritar el estómago y el tracto digestivo.

Consejo: tras el baño, ofrece agua potable y fresca, y evita que beba directamente de la piscina o del mar.

Golpes de calor y quemaduras en superficies

El entorno de una piscina o una playa puede alcanzar temperaturas muy altas. Las superficies como el cemento, las piedras o la arena caliente pueden provocar quemaduras en las almohadillas de las patas. Y si la exposición al sol es prolongada, existe el riesgo de sufrir un golpe de calor.

Qué hacer:

  • Evita los paseos o juegos en las horas centrales del día (12:00 a 17:00).
  • Lleva a tu mascota por zonas con sombra o usa calzado protector si es necesario.
  • Proporciónale agua y sombra constante.
  • Observa signos como jadeo intenso, debilidad o desorientación: podrían indicar un golpe de calor.

Otitis y problemas en los oídos

El contacto frecuente con el agua puede causar infecciones en los oídos, sobre todo en razas con orejas caídas o conductos auditivos estrechos, como el Cocker Spaniel o el Labrador Retriever.

Cómo prevenirlo:

  • Seca cuidadosamente sus oídos tras cada baño.
  • Evita que entre agua directamente en el canal auditivo.
  • Usa limpiadores óticos recomendados por el veterinario para prevenir la proliferación de bacterias o levaduras.
  • Consulta si detectas mal olor, enrojecimiento o si tu mascota sacude mucho la cabeza.

Intoxicaciones por productos químicos o algas

El agua no siempre es tan inofensiva como parece:

  • Piscinas: el cloro, alguicidas y otros productos químicos pueden ser tóxicos si se ingieren o causar irritaciones en piel y mucosas.
  • Playas: algunas algas marinas en descomposición pueden contener toxinas peligrosas. También hay riesgo de residuos contaminantes, como gasóleo o restos de basura.

Consejo: enjuaga a tu perro con agua dulce después del baño y no permitas que coma elementos del entorno. Vigila si aparecen vómitos, letargo o alteraciones digestivas.

Cortes y heridas en zonas con rocas o cristales

Las zonas rocosas o con restos de basura en la arena pueden causar cortes en las patas u otras heridas más serias.

Cómo prevenir:

  • Examina la zona antes de dejarlo correr libremente.
  • Vigila si hay cristales, anzuelos u objetos metálicos.
  • Lleva un botiquín con desinfectante, gasas estériles y vendas.
  • Consulta al veterinario si la herida sangra mucho o si notas cojera persistente.

Picaduras e infecciones cutáneas

Los insectos (como avispas o tábanos), medusas o parásitos como pulgas y garrapatas también están presentes en entornos acuáticos o húmedos, especialmente en zonas con vegetación densa.

Prevención y cuidados:

  • Revisa el pelaje y la piel después de cada excursión.
  • Usa antiparasitarios externos recomendados por tu veterinario.
  • En zonas con medusas, evita que entren al agua.
  • Si ves una picadura inflamada, con enrojecimiento o secreción, consulta cuanto antes.

Fatiga y sobreestimulación

Aunque el juego acuático puede parecer inofensivo, un exceso de ejercicio bajo el sol y en condiciones húmedas puede llevar a la fatiga, deshidratación o colapsos.

Consejo: programa descansos frecuentes, no dejes que tu mascota juegue sin supervisión durante largos periodos, y proporciónale un lugar tranquilo donde recuperarse.

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La prevención es la mejor aliada del bienestar.